Un gigante marino llega para devolverle vida al océano: el Manta, el primer catamarán industrial capaz de recolectar entre 1 y 3 toneladas de plástico por hora mientras navega, convirtiéndose en una verdadera planta de reciclaje flotante. Con 70 metros de largo y casi 50 de ancho, su diseño imita a una mantarraya deslizándose sobre el mar, y bajo su casco recoge residuos hasta un metro de profundidad, mientras que sus barcazas auxiliares se adentran en ríos y manglares para atrapar lo que se escapa.
Lo más sorprendente es que procesa todo a bordo: lo aprovechable se compacta en bloques y lo inútil se transforma en energía mediante pirólisis, lo que le permite funcionar casi al 100% con su propia energía, apoyado además por paneles solares, turbinas eólicas e hidrogeneradores.
Este coloso limpio no solo recoge basura, también nos enseña que la innovación puede reconciliarnos con la naturaleza, recordándonos que aún estamos a tiempo de sanar lo que hemos dañado.