21 de October de 2025, 10:08

El Caribe enfrenta una de las peores crisis ambientales de los últimos años: la acumulación récord de sargazo, un tipo de alga marina que en 2025 alcanzó niveles sin precedentes. Según la Universidad del Sur de Florida (USF), este año se estiman alrededor de 40 millones de toneladas métricas de sargazo en el Atlántico tropical, una cifra que amenaza los ecosistemas costeros, la biodiversidad y la economía regional.
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Desde 2011, las costas del Caribe, México, Cuba, Puerto Rico y parte de Estados Unidos padecen este fenómeno que —salvo en 2013— se repite cada verano. La descomposición del alga en la orilla genera malos olores y gases tóxicos, como el ácido sulfhídrico, que puede afectar tanto la salud humana como el turismo.
¿Qué es el sargazo y por qué preocupa tanto?

El sargazo es un alga marina flotante de color marrón que cumple un rol ecológico importante en alta mar, al servir de refugio y alimento a peces, tortugas y aves. Sin embargo, cuando llega en grandes cantidades a las playas, se convierte en un serio problema ambiental.
Dos especies —Sargassum natans y Sargassum fluitans— son las principales responsables de las mareas de algas. Originarias del Mar de los Sargazos, estas comenzaron a proliferar fuera de su zona natural a partir de 2011, formando el llamado Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico (GASB), una franja que se extiende desde África hasta el Golfo de México.
En la costa, su acumulación masiva provoca lo que la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU.) denomina “eventos de inundación de sargazo”, que obstruyen infraestructuras, dañan arrecifes, reducen el oxígeno del agua y alteran ecosistemas costeros enteros.
Causas del crecimiento desmedido

Los científicos aún investigan por qué el fenómeno se intensificó tanto en los últimos años. Un estudio publicado en Nature Communications Earth & Environment atribuye su origen a la Oscilación del Atlántico Norte (NAO) de 2009–2010, un evento climático que modificó las corrientes oceánicas y trasladó el sargazo hacia regiones tropicales más cálidas y ricas en nutrientes.
Entre los factores que alimentan su expansión se destacan:
- El aumento de la temperatura del mar.
- Cambios en las corrientes oceánicas.
- Aportes de nutrientes de los ríos Amazonas, Congo y Níger.
- Polvo del Sahara, cargado de hierro y fósforo, transportado por el viento.
- Mezcla vertical de aguas profundas, que favorece su crecimiento.
La EPA (Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.) indica que el sargazo prospera en aguas entre 18 y 30 °C, con alta salinidad y abundancia de nitrógeno y fósforo.
Un desafío ambiental en las costas del Caribe
Las playas del Caribe Mexicano, sobre todo en Quintana Roo, viven un nuevo pico de acumulación. Según la Secretaría de Marina de México, solo en 2025 se recolectaron más de 4.200 toneladas en siete puertos del estado, y desde 2019 el total supera las 266.000 toneladas.
Datos satelitales de la USF y la NOAA estiman que en mayo se detectaron 37,5 millones de toneladas de sargazo en el Atlántico, casi el doble del récord de 2018. Las labores de limpieza, sin embargo, resultan costosas y técnicamente complejas, y las algas arrastran metales pesados y contaminantes que generan hipoxia (bajo nivel de oxígeno), afectando arrecifes, peces y plantas marinas.
Mientras gobiernos, científicos y comunidades costeras intentan contener el fenómeno, los expertos advierten que el sargazo llegó para quedarse y que será necesario diseñar estrategias sostenibles de manejo y aprovechamiento para mitigar su impacto ambiental y económico.
FUENTE: Infobae.