Automatización de los Procesos Cognitivos: ¿Seremos Un Millón de Veces Más Inteligentes? 

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Enrique E. Batista J., Ph. D.

https://paideianueva.blogspot.com

Los procesos cognitivos básicos, como la atención, el lenguaje, la memoria, la percepción y el pensamiento, son funciones que permiten percibir y entender las complejidades de la realidad, crear y sistematizar información para generar conocimiento. Son ellos el fundamento del aprendizaje, de la construcción de ciencias, de tecnologías, de artes y cultura. Crecer, aprender y desarrollar la inteligencia depende del fortalecimiento de tales procesos cognitivos, en la escuela y a lo largo de toda la vida. 

En un período en extremo corto, 30 meses, se ha vivido un desarrollo intenso y sorprendente no sólo de los aplicativos de inteligencia artificial – IA, sino también de los usos que se pueden hacer de ella. Es una carrera marcada por amplios intereses económicos y de posicionamiento geopolítico de las principales potencias mundiales.

Las diversas herramientas de inteligencia artificial desarrolladas parecen todas ser borradores o versiones beta que son adicionadas o modificadas a diario. 

Resulta difícil para todos seguir la intensidad y velocidad de la competencia en el desarrollo y aplicación de herramientas de IA, las que se han vuelto de acceso fácil y rápido en las diversas plataformas de apps, a la vez que se conoce que, en su desarrollo y mantenimiento, se consumen grandes cantidades de energía y de agua, lo cual ha creado ya serias preocupaciones sobre el efecto que la IA tiene, y tendrá, sobre las políticas y estrategias para mitigar los efectos del cambio climático.  En 2027, la creciente demanda de AI requerirá el uso de agua, empleada especialmente en las torres de enfriamientos de los equipos; ese consumo será mayor que el anual de Dinamarca o la mitad de los que consumen los países del Reino Unido. Será necesario encontrar solución, seguramente usando a la misma IA, para minimizar el negativo impacto ambiental. (https://tinyurl.com/3uw7ja8khttps://tinyurl.com/t4rzra36).

Las herramientas de IA, así como multitud de otras herramientas informáticas, han llegado a afectar nuestra capacidad de atención, concentración y aprendizaje. Sin la debida formación en su uso, también ponen en riesgo el desarrollo del pensamiento crítico e independiente y la creatividad, con la posible disminución de la riqueza léxica del lenguaje propio. Desde la Real Academia Nacional de Medicina de España, se afirma que: «el uso excesivo de la inteligencia artificial debilita nuestra memoria y reduce la capacidad para pensar críticamente y resolver problemas de manera independiente». (https://tinyurl.com/44f4wb2w)

La eliminación de matices culturales y emocionales conlleva el riesgo de llegar a una «singularidad cultural universal» con la dilución de las cruciales y necesarias diferencias entre naciones, culturas y lenguas que hoy forman parte del patrimonio universal de la humanidad. (https://tinyurl.com/yxy6zsas).

 Fuente: https://shorturl.at/QHQJa.

Se reconocen importantes y positivas aplicaciones de la IA en campos como la agricultura, la educación, las finanzas, la medicina, el derecho, la psicología, el medio ambiente, la producción industrial, las artes, y en las ciencias en general. (https://tinyurl.com/eyfh7cbzhttps://tinyurl.com/mrx8pkds). Ha sido bastante divulgado el caso, en el campo biomédico, en el que, con la AI, en 48 horas, mediante el «AI co-scientist» de Google, se alcanzó una fundada hipótesis que por medios tradicionales hubiese tardado 10 años; avance que se dio con la agregación de hipótesis adicionales. Este evento se ha mostrado como una forma valiosa de emplear la IA para acelerar el proceso de descubrimiento y de creación científica. (https://tinyurl.com/ms6mcynahttps://tinyurl.com/2vdkhk87). 

 

Estamos definitivamente en la quinta revolución industrial. La cual está marcada por una inteligencia paralela a la humana, depositada en máquinas informáticas, ya digitales o cuánticas. Bien se ha dicho que estamos ante importantes desarrollos tan poderosos o más de lo que fue la máquina de vapor con la que surgió la primera revolución industrial. Hoy se nos invita a «imaginar un mundo en el que las máquinas no solo realizan trabajos físicos, sino que también piensan, aprenden y toman decisiones autónomas. La IA no solo automatiza tareas, sino que va más allá al automatizar las funciones cognitivas (…). Con razón, algunos reaccionan a ese ritmo viendo la IA como un desafío para la humanidad». (https://shorturl.at/bWoMi). 

En el contexto de esta revolución industrial, serán todavía más necesarios los procesos de «upskilling» y «reskilling» (mejora de habilidades y formación laboral nueva), así como de cambios en metas y procesos educativos. Ahora es mucho más difícil anticipar condiciones laborales específicas, saber cuáles ocupaciones y profesiones desaparecerán, cuáles cambiarán sustancialmente en su forma de operación, o pronosticar el surgimiento de nuevos campos ocupacionales derivados de la aplicación de la IA.

A manera de predicción, Bill Gates ha hecho referencia a los médicos y a los profesores, respecto a los cuales dijo que «no serán necesarios (…)  En los próximos diez años, no necesitaremos humanos para la mayoría de las cosas». (https://shorturl.at/ge6bx). Esas son anticipadas realidades, bastante difíciles de creer o de asimilar. Pero, podrán ser realidades del desempleo que generará la automatización basada en la IA. 

Será en especial muy crítica la automatización de los procesos cognitivos humanos fundamentales, si el uso acrítico de herramientas de IA y la falta de control gubernamental y social lo permiten.  Es preciso recalcar que con esos procesos cognitivos nos volvemos «Homo sapiens sapiens», la especie que somos.  Si con las herramientas de desarrollo de la IA se automatizan los procesos cognitivos y la expresión de las emociones, estaremos renunciando a la condición esencial de nosotros como seres humanos.

El científico Ray Kurzweil, ha indicado que la IA General (AGI), una vertiente de la IA, que imita tanto la capacidad de aprendizaje como el razonamiento humano, se alcanzará en 2029. Será posible, en la década de 2030, fusionar la cognición biológica humana con la de la tecnología digital.  El cerebro y la tecnología serán uno solo. Esta fusión de interfaz cibernética hombre-máquina, agrega, nos volverá más inteligentes, un millón de veces más inteligentes, trascendiendo las humanas capacidades genéticas con beneficios para todos. Reconoce los riesgos de la IA, lo que, en su concepto, pueden ser mitigables, entrenado a la IA para que refleje el razonamiento humano y se promuevan los necesarios ideales éticos. (https://tinyurl.com/yp9da3dx,  https://tinyurl.com/yp9da3dx). 

Ha surgido la pregunta de si la IA oscurecerá nuestra condición de seres inteligentes, frente a la paradoja que la misma IA presenta: «Cuanto más inteligente se vuelve la IA, más podemos depender de ella, y en ese proceso, podríamos perder habilidades que alguna vez fueron fundamentales (…) existe la preocupación de que, al automatizar procesos cognitivos, los humanos podríamos estar perdiendo la capacidad de realizar esas mismas tareas». (https://shorturl.at/cevFu).

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